Hemos descubierto los sentimientos que experimentamos normalmente nosotros y las personas que nos rodean y hemos visto que a lo largo de nuestra vida sentimos alegría, enfado, tristeza, miedo, amor, vergüenza… Las causas que provocan esto pueden ser las cosas que hacemos en el colegio o el Instituto (las notas, las relaciones con los amigos), nuestra familia (miedo a perder el trabajo, angustia ante las preocupaciones económicas, situaciones de crisis familiar…). Como consecuencia de esto vemos que contagiamos los sentimientos que tenemos hacia los demás, y que esos sentimientos forman nuestro estado de ánimo y condicionan nuestra forma de actuar.
Al juzgar esto a la luz de lo que hacía Jesús, vemos en los Evangelios que Él también sintió la tristeza (muerte de Lázaro), la compasión (multiplicación de los panes y los peces), la ira (purificación del Templo) y la solidaridad (bodas de Caná). En esos textos vemos que Jesús se pone en el lugar de los demás y por eso nos damos cuenta de que nuestras actitudes y sentimientos también tienen que ser de preocupación por los demás y no sólo por nosotros mismos.
Hemos decidido que a partir de ahora a nivel personal vamos a hablar más los problemas con las personas que nos rodean, no enfadarnos sin motivo real, y en el JUNIOR vamos a tener más confianza en los miembros de nuestro grupo, comunicar más nuestros sentimientos y estar más pendientes unos de otros.
Finalmente hemos decidido tener un encuentro diocesano para seguir estando juntos y manifestar nuestro sentimiento de que somos felices dentro del JUNIOR, que somos una familia, que conocemos y seguimos a Jesús, y que queremos que esto lo conozca y lo apoye nuestro Obispo D. Demetrio, para que siga existiendo el Movimiento Junior de Acción Católica en la diócesis de Córdoba.
Montilla, 13 de julio de 2011
NIÑOS Y NIÑAS DEL MOVIMIENTO JUNIOR A.C.
DIÓCESIS DE CÓRDOBA
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